De la idea a Blogger.





No puedo presumir de porcentajes que avalen mi planteo. Sin embargo, puedo especular, presumir los motivos por los cuales se decide escribir un blog. Tampoco necesito un derroche de imaginación. Existe un motivo recurrente: el deseo de visibilidad. 


Claro, las personas necesitan ser visibles por diferentes motivos. Ser visible tiene connotaciones muy diferentes para una mamá primeriza que narra su experiencia que para un emprendedor, para quien el blog es una plataforma de exposición de sus productos y servicios. 


Sin duda, las connotaciones del término visible son distintas para ambos. Sin embargo, lo que diferencia cabalmente estos dos ejemplos no es el deseo en sí mismo sino la estrategia. El deseo no tiene matices es una pulsión del alma. Aunque parecen casos diferentes, la pulsión es la misma: ser escuchados por un público a quien su mensaje rasca en el lugar que pica.

Con Blogger tenemos un vínculo añoso. Decidir escribir públicamente supuso asumir que la visibilidad conlleva exposición. Porque leer blogs es divertido pero escribir uno es otra historia. Y escribirlo haciendo visible tu propósito es una decisión y un compromiso personal. Conozco el proceso:


  • Mi primer blog fue una plataforma de información a la que accedían mis alumnos. En sentido estricto, no era un "blog" pero de esta forma me familiaricé con la plataforma.
  • Tuve mi blog maternal. Necesitaba escribir sobre la experiencia más significativa en mi vida pero nunca tuve otro propósito que la catarsis y su lector ideal era mi proyección en el tiempo.
  • Después llegó La Desmesurada, un espacio anónimo "para permitirme el exceso de ser yo". ¿Propósito inicial? Coleccionar imágenes. En aquel entonces, cero texto y nada de identidad.


Un blog soy yo y mis circunstancias. En consecuencia, algunos desaparecen por motivos que ya tendremos tiempo de reflexionar en otra ocasión. La Desmesurada sin embargo, se fue transformando. Finalmente, un doloroso hecho personal consolidó mi interés por escribirlo. Incluso me animé con una fotografía. Se fusionó con mi blog de madre primeriza y descubrí un propósito: compartir estrategias de escritura. 


En ocasiones, aunque experimenté el proceso completo, todavía  me siento una impostora. Porque si de compartir imágenes a escribir un post introspectivo hay un salto considerable, para llegar al compromiso con mi bienestar y el de una comunidad, hay un abismo. 


Definitivamente, había un paso más allá: la colaboración. El espíritu de colaboración implica una contribución individual al enriquecimiento colectivo. Durante todos estos años, abrí espacios de comunicación que tenían una visión. En la actualidad, tengo una misión. Obviamente una misión que no hace eco en todo lector que se aproxime. 


Mi voluntad en las próximas semanas es volver a las bases, a generar contenido sobre los primeros pasos en este universo, obviamente desde la única perspectiva de la cual puedo apropiarme: la escritura. De ese modo, armonizo mis intereses y te ofrezco una visión diferente del camino que recorremos cuando pasamos de la idea a Blogger.  


Para quienes quieren iniciarse en este universo es el aporte de la experiencia a través del ensayo y el error. Lectura, observación y experimentación desde el 2007. Para quienes ya tienen un espacio propio de expresión, significa un momento invertido en revisar los fundamentos, no porque ello cambie sustancialmente la estructura de tu blog sino porque puede cambiarte a vos. ¿Empezamos?