3 razones para escribir un blog profesional

3 razones para escribir un blog profesional



Tengo una convicción. De hecho tengo unas cuantas para elegir según la ocasión, pero en este post solo me interesa mencionar una. Al punto: creo que hay que salir al encuentro de las oportunidades. Todo bien con la fluidez. De verdad me parece genial permitir que "la vida fluya" sin embargo, en ocasiones es más que necesaria la intervención de la voluntad. 


Digamos que tu talento sigue escondido hasta que decidas hacerlo visible. Es posible vivir esperando que tus glúteos se rebelen a la ley de gravedad o hacer algo para darles lucha. También podrías esperar el efecto Cenicienta pero, me permito el atrevimiento de hacerte una sugerencia. Cuando veas que los ratones te hablan y aparece en medio de la noche un ser brillante que prometiendo libertad y un vestido... es momento de vigilar tu consumo cotidiano porque hay algo tóxico en tu heladera.


El punto se entiende: sentada esperando, la expectativa realista son unas nalgas colgantes y alucinar con ratones que hablan y cosen vestidos. Cuando queremos concentrar toda nuestra energía en un propósito, lo ideal es despegarnos del sofá y salir al encuentro. Del príncipe a azul, de la tanga carioca o de un blog que te permita hacer visible tu talento en el mercado más democrático, flexible y abierto: internet.


¿Por qué necesito un blog profesional?



La respuesta preferida de mis alumnos en edad de rebeliones hormonales es "porque puedo". De pronto no lo dicen así de explícito pero cada una de sus acciones grita que están probando potenciales. 


Confieso que la adolescencia no fue mi etapa vital preferida -precisamente porque esta desmesurada no era de las que hacía porque podían- sin embargo, le concedo el beneficio de la duda a la acción irreflexiva y espontánea, ocasionalmente porque sacude la parálisis por exceso de pensamiento y de prudencia, que es uno de los obstáculos más absurdos de la vida adulta.


La primera razón por la cual es necesario un blog profesional es porque es posible. Así de simple y así de complicado. Por un segundo ignoremos el reproche de tu consciencia y pensemos creativamente. 


¿Cómo sería tu vida si tuvieras la posibilidad de escribir un blog en el cual se cumplieran tus expectativas personales y profesionales? 


Porque ganar dinero es importante. Muy. Pero ganarlo en una tarea que no tiene significado en sí misma ni deja huella a mí me pone nerviosa. Las desmesuradas necesitamos la intención: un propósito más allá de todo beneficio material.  


Si tu imaginación te lleva a la bóveda de Rico Mc Pato, nadando en oro por el simple hecho de nadar en una bóveda de oro, desde ya te cuento que éste no es tu espacio y escribir un blog profesional probablemente no sea la tarea que estás imaginando.


También es necesario un blog porque es la forma más económica de trascender límites geográficos. Nadie te dice que de golpe y porrazo te van a dedicar una estrella dorada en el camino de la fama pero la perseverancia tiene sus frutos. 


Obvio que siempre están los días de tiro todo al quinto infierno (una versión criolla de la visión dantesca) porque no me lee ni mi madre. Y los días de ¿y todo esto para qué? La variante ontológica de la cuestión: cuando cuestionamos el sentido. Son días. 


Aprender de los errores, reponerse y seguir adelante es la verdadera cualidad de quien escribe. De a poco, vas a aprender a crear tu espacio desde la plataforma online que prefieras, generar visitas recurrentes y lograr tu primer objetivo. Porque seamos claras: el sueño de tener una comunidad lectora multitudinaria e internacional es una aspiración comprensible pero, sin tener claro para qué estás buscando esas visitas, no tiene demasiado sentido. Salvo que sea un bálsamo para tu ego y la forma de sustituir la terapia semanal.


¿Creías que tus redes sociales son suficientes? Son cosas muy diferentes. Además de la red social de tu preferencia, que te permite exhibir imágenes y noticias del trabajo que vas realizando, conectar y socializar, un blog es tu espacio.

Tu espacio, tus reglas, tu propia forma de ser y estar. Los parámetros de la comunicación en tu blog te pertenecen. Puedo orientarte para que escribas para emocionar. Puedo sugerirte el camino con menos piedras no porque sea clarividente sino porque me tropecé unas cuantas veces. También quiero que escribas descubriendo tu estilo personal, el tono con el cual te sientas cómoda y te permita fluir entre palabras. Pero no puedo escribir por vos. O sí, puedo. Sin embargo no es lo que queremos y con razón, porque lo poderoso de un blog es el intercambio de sintonías individuales sin contar con el hecho de demostrar naturalmente tu área de experticia. 


Salir al encuentro de tus lectores.



Quietita esperando no pasa nada. Sucede, ofreciendo una experiencia agradable a tus visitas más allá de las apariencias. Una estética esmerada, vende. Unas fotos irresistibles son magnéticas y pueden triplicar la conversión de una tienda online. Pero los seres humanos por más iconoclastas que sean conectan a través de emociones y si imágenes y relato están vacíos de sentido y sentimiento, tu blog no late. Por eso, no esperes. Salí al encuentro de las oportunidades y de tu comunidad de lectores. ¿Cómo? Con la herramienta más poderosa que conozco, las historias.