Emprender en internet

Emprender en internet



Soy una evangelista de emprender en internet. Incluso puede que resulte intensa en mi franco convencimiento del umbral de posibilidades que abre escribir un blog. Para quien conoce mi historia personal, tanto afán no es extraño: escribir un blog -totalmente anónimo- fue mi válvula de escape a un trabajo alienante, también una forma de expresión para mi maternidad primeriza (en esos primeros días en los que me superaba la experiencia) y finalmente, un espacio de encuentro conmigo durante el duelo por la muerte de mi padre. 

Si mi propósito y tu presencia se cruzan, escribir este blog va a ser mi negocio digital. De lo contrario, todos tan contentos y yo seguiría escribiendo en La Desmesurada. 

Emprender en internet.


Este post que estás leyendo, es el segundo de una serie dirigida al sondeo de objeciones. No es un post con consejos prácticos, de todos modos, tiene tres objetivos definidos:


- Reflexionar sobre lo que significa emprender en internet.
- Compartir contigo dos de los blogs que leo habitualmente.
- Contar cuál es mi postura frente al tema de emprender con un blog.


Intento pensar más allá de mi propósito para proyectar en el siguiente post, cómo emprender con un blog. También para que, quienes aún no descubrieron la poderosa herramienta de comunicación que supone escribir un blog, tengan una visión de lo que significa emprender online sin idealizaciones.

Por si te perdiste el primer post de la serie y te interesa leerlo, por aquí lo comparto: Quiero un blog pero no sé cómo escribirlo. Con esta transición poco convincente, seguimos adelante.


Cuando lo sólido se diluye en el aire.



No soy de las personas con visiones futuristas. No hago proyecciones en el tiempo respecto al potencial de escribir un blog ni sigo tendencias apocalípticas que afirman que esta actividad está condenada a extinguirse devorada por la fuerza de las redes sociales. 

Sin embargo, tiendo a creer que un instrumento que permite expresión, colaboración y difusión de ideas y proyectos de forma gratuita y democrática, tiene relevancia hoy y deseo la conserve en los próximos años. Claro, es simplemente una opinión.

La digitalización de la experiencia es un proceso instaurado. Puede frustrarte pero no tiene sentido negarlo. Podrías encerrarte en el medio del monte sin conexión de ningún tipo pero la realidad digital sigue estando ahí, sacándole fotos a tu rancho de retiro desde un satélite.

En este contexto, un blog es una particular experiencia en el mundo virtual. Nunca antes fue tan fácil difundir tus ideas. Nunca antes fue tan accesible emprender en internet de acuerdo a tu talento. Nunca antes, tanta confusión respecto a lo que significa un negocio online.


El gurú y el vendedor de espejos.



¿No te cansa el discurso de la maravilla de emprender en internet? Si ni siquiera sentiste incomodidad al respecto es porque aprendiste a usar Google hace menos de dos semanas. Desde que me interesé seriamente por el tema, encontré tanta variedad de propuestas al respecto que aún estoy filtrando y procesando lentamente toda la información recopilada.

Encontré espacios enriquecedores y con una clara propuesta de valor. Sigo  a mujeres tan diferentes como Laura Ribas y Déborah Marín. Es injusta la mención exclusiva, lo sé, porque no son las únicas que leo y sigo con asiduidad. Las elegí porque, de alguna forma, ellas representan dos extremos de la postura emprendedora. Son talentosas, confiables y obvio, escriben un blog. Ambos cargados de información.

Laura hace videos compactos, informativos y amenos dirigidos a emprendedores. Fui siguiendo su crecimiento y admiro cómo le dio forma a su visión. Deb escribe textos extensos, reflexivos, cargados de introspección para emprendedoras creativas. Tiene un modo literario de expresión, es pausada, nunca jamás escucharás de su boca la palabra "leads" y me siento más cerca de su visión del mundo. Perdonen lo burdo de la descripción. Si las conocen comprenderán que es una definición simplista pero que evidencia dos formas tan diferentes como válidas de emprender en internet.

Por cada uno de estos casos excepcionales, hay decenas de vendedores de objetos brillantes que se sacan fotos usando la computadora en alguna playa tropical, un jardín zen o su escritorio blanco y luminoso. Como si se pudiera escribir un post en una computadora a pleno sol.

Puedo entender la necesidad que satisfacen. Si hubiese nacido veinte años más tarde, no habría dudado ni medio segundo al elegir una profesión vinculada con el universo digital. Por lo tanto, siento una franca identificación de anhelos. 

Lo que no puedo considerar con seriedad es un espacio en el que un post es un texto de dos párrafos en el que se ilustra lo maravilloso que es emprender online con imágenes tomadas de un banco de fotos. Un post es una elaboración compleja y aún en el más visual de los blogs, su escritura nunca lleva menos de dos horas. Sin contar el tiempo que requiere hacer que ese post cobre vida o dicho de otro modo, sea leído. Porque ¿qué sería de un post sin lectores?

Como realmente me consterna la distancia que me separa de este tipo de planteos, apelo a tu opinión como lectora. Si pasaste por acá y encontraste esta presentación, quiero que me prestes cinco minutos de tu atención y me cuentes:


  • ¿Qué significado tiene emprender online?
  • En el caso de que te interese el tema: ¿qué blogs estás leyendo?
  • ¿Qué opinión te merece obtener ingresos de un blog?


No creas que tus respuestas van a caer en el olvido. Sin duda, pienso retribuirte por el tiempo que dediques a escribir con más contenido al respecto. De esa forma, vamos testeando juntas si podemos seguir transitando este camino: hablar de emprendimientos online y de cómo escribir para cumplir con las metas de un proyecto de negocio. En la versión desmesurada, obvio.