Cómo escribir tu elevator pitch.

Cómo escribir tu elevator pitch



Este es un post sobre cómo escribir tu elevator pitch o ese breve discurso que responde de forma automática a la pregunta: ¿a qué dijiste que te dedicabas?

Llevo meses leyendo argumentos que justifican el esfuerzo de darle forma a un breve discurso, de apenas 30 segundos, que describe gráficamente los beneficios de una propuesta. No hay blog sobre negocios en el cual no encuentres cómo escribir tu elevator pitch.

Hasta hace dos semanas, no percibí su real importancia. Por esa condición humana natural de no comprender cabalmente aquello en lo que no nos asiste la experiencia. Para mí, nunca había sido un conflicto definir mi profesión. Soy docente. A lo sumo, luego de la respuesta llega el obligado: "¿de qué materia?". Y mi elevator pitch termina con un escueto: "de Literatura".

Me asombro de la simplicidad de la respuesta y de lo complejo que fue, encontrar una nueva fórmula verbal para responder a la inexorable pregunta, hoy, que ser docente de letras no define totalmente mi trabajo.

Cómo escribir tu elevator pitch.


Por un momento, quiero que imagines esta situación: cena familiar. Una reunión con mi madre, mi hermano, cuñada y dos de mis primas: la menor estrenando novio y vida de mujer enamorada. La cena era una excusa para conocer a Nico, el nuevo integrante de la familia. 

Como suele suceder en estas reuniones quién soy y qué hago para ganarte la vida es uno de los tópicos obligados de introducción. Cuando estaba a punto de introducir un bocado de lasagna en mi sistema, se produce el siguiente diálogo:

Prima menor: - Pri, y vos ¿qué es lo que estás haciendo? Porque la tía me explicó pero no le entendí. 

Prima mayor: Ah! Sí. Contanos porque yo no capto la idea.

Cuñada: - No te preocupes, nosotros tampoco entendemos.


¡Me caigo y no me levanto!  Solo pensar en mi madre intentando explicar mi negocio digital ya era una imagen bizarra. Tener que encontrar en menos de 10 segundos una formulación lógica para que entendieran qué es lo que estoy haciendo, no era soplar y hacer botella.

Por un momento estuve tentada de responderles que estoy llevando la contabilidad del Chapo Guzmán. En el universo de posibilidades de mi familia, se entiende mucho más que una se dedique a lavar dinero para un prófugo de la justicia que explicar que tengo un negocio digital.

Habría sido en vano. No me habrían creído. En ese supuesto escenario, trabajaría menos horas y habría sido protagonista de alguna nota de la CNN.

Así que tocaba decir la verdad. Era el momento de pensar en un elevator pitch: definir en 30 segundos meses de incertidumbre familiar.  Eso ¿con qué se come? Con lasagna seguro que no.

Te respondo en 30 segundos.


En ocasiones, con un tenedor cargado de pasta casera, se produce la magia. Una súbita e inexplicable sinapsis hizo que la respuesta fuera sencilla: Enseño a emprendedoras cómo escribir para emocionar, persuadir y vender productos o servicios.

30 segundos. Obvio, después comí la lasagna.

Entonces, llegaron las otras preguntas: cómo se obtienen ingresos "de eso" y un feliz: "se nota que te gusta, porque se te escucha más animada". Las "pri" tienen razón. Descubrir un propósito anclado en una de nuestras pasiones hace que tengas otra percepción de la vida. 

Especialmente cuando tu elevator pitch está alineado con tu sentido de misión existencial y ese otro tipo de reflexiones más profundas que discutiremos en otro momento.

Pero no quiero que creas que la respuesta fue producto de la iluminación que produce la comida preferida de Garfield. Si bien las epifanías son una constante en cada uno de mis cambios vitales (y llevo el ritmo de uno por década), este discurso de introducción se origina en una construcción verbal razonada.

Esa es la gracia de aprender cómo escribir tu elevator pitch. Responder de forma concisa y clara. Ni tan poco que no se entienda. Ni tanto que se te duerman en la cara. Todo un desafío para las mentes latinas que tienden a la visión cíclica y desmesurada de la existencia. 

¿Por qué tendrías que aprender cómo escribir tu elevator pitch?


Para no atragantarte con la cena familiar sería una respuesta obvia en mi caso. Para tener un recurso verbal de referencia cuando te presentes frente a un desconocido es la respuesta políticamente correcta.

¿Nunca te enrollaste en explicaciones confusas para describir tu emprendimiento?  De pronto tu presentación se limita a "emprendedora" o "empresaria". Porque, depende el contexto, usarías el que suena mejor. Pero como no todas las almas suelen ser de respuesta directa es probable que titubees un rato antes de explicarle a otro ser humano cómo llega la lasagna a tu mesa.

Dado que tu objetivo es transformar la vida de quienes compran tus productos o servicios, tiene que entenderse en tu discurso de presentación al cual ya vamos a llamar de ahora en adelante, tu visión de liderazgo personal.

¿Cómo armo mi visión de liderazgo personal?


Ser concreta no es una de mis virtudes naturales. Con el tiempo, aprendí a sintetizar, sin embargo, tengo una naturaleza barroca que da miedo. Soy barroca. Para casi todo. 

Armar discursos de treinta segundos no es una de mis habilidades orgánicas. Por eso, investigué de qué forma se podía expresar el verdadero trasfondo de un negocio sin caer en esa visión mecanicista del discurso del elevador. Porque, por lo menos a mí, nadie me pregunta nada en los ascensores.

Luego de varias lecturas al respecto, quiero contarte la que más armoniza con el espíritu creativo. Vamos a sintetizar en cinco pasos, cómo armar tu visión de liderazgo personal.


1- Descripción de la actividad: "Enseño estrategias de escritura".

2- Definición de las personas a las que se dirige tu trabajo: "para emprendedoras creativas".

3- Breve reseña de los beneficios: "escribir para emocionar, persuadir y vender productos o servicios".


Si hoy es uno de esos días en los que te levantaste sofisticada, podrías nutrir este discurso simple y transformarlo en tu verdadera visión de liderazgo personal. ¿Cómo?


Definiendo tu misión o propósito vital. El mío es creer, crear y servir. Claro, que la presentación oficial del novio de una prima no era el momento para la hondura filosófica y todo el "significado existencial" tan propio de esta desmesurada.

Ahora, cuando tengas un rato más, tu visión de liderazgo personal se enriquece al:


4-  Añadir un propósito trascendente al momento presente y a la dimensión física del objeto o servicio: cada actividad tiene un significado profundo para quien la lleva a cabo y para quien la recibe. Por ejemplo, el valor de los objetos diseñados y realizados a mano trasciende las utilidades prácticas del objeto creado. Una buena fotografía crea memoria y una prenda bien diseñada puede ser la diferencia entre sentirte especial o sentirte "una más".

5- Pensar términos ilustrativos. Los adjetivos no son los mejor vistos en la escritura persuasiva. Sin embargo, me atrevo a afirmar que existen adjetivos que tienen una íntima relación con tu negocio. En un rato sin distracciones, seguramente esta palabra surge sin esfuerzo.


Ahora, es tu turno.  Luego de aprender cómo escribir tu elevator pitch, te animo a que escribas tu visión de liderazgo personal en los comentarios para que podamos compartirla, pensarla y darla a conocer.