Tres trucos para emprender con optimismo.

Tres trucos para emprender con optimismo.


Hace meses convivo con un idea fija. Está tan instalada en su nuevo hogar desmesurado que estoy considerando cobrarle alquiler. Porque dueña de casa, lo que se dice dueña de casa, no es. Pensándolo bien, más que una idea es un propósito. Uno de esos que se elaboran el último día del año, cuando todo parece posible. Cuando el tiempo es una promesa.

Mi propósito es ayudar a mil emprendedoras a escribir para emocionar, persuadir y vender. Quiero llegar a la vida de tantas mujeres como me permita mi capacidad para que transformen un sueño personal en una realidad de la cual sentirse orgullosas.

Quiero que descubras la magia de comunicarte con las palabras que acarician el alma y cuentan tu relato. Con la magia que solo tienen las historias bien contadas. Escribir siempre es "escribirte". ¿Qué mejor terapia para el auto-descubrimiento?

Si escribir es una de las herramientas que elegiste para expresar tu proyecto enel mundo, desde ya te digo que comenzaste un viaje increíble.

Sin embargo....


Dicen por ahí que no es oro todo lo que reluce. La realidad tiene zonas oscuras tan necesarias como los momentos de luz. Por eso, propongo mostrarte la otra cara de mi proceso: el rincón sucio que no sale en Instagram. El desorden que no aparece en el cuadro de la pantalla.

¿Te cuento un secreto? Recibí un correo en estos días en el cual, me agradecían el curso gratuito para suscriptoras y mi "visión optimista que contagia". Leer esa descripción de mí misma me produjo un instante de extrañamiento. Soy una mujer de buen humor, capaz de encontrar el costado risible de las situaciones más insólitas pero nunca me consideré optimista.

Es más, me escudé durante años en el tan manoseado "no soy pesimista, soy realista" que lo único que ocultaba era el miedo a mirar la realidad desde otro lugar que no fuera la seguridad de mi zona cómoda.

Curiosamente, desde que decidí hacer de mi idea un servicio para mil mujeres emprendedoras convivo con un optimismo que o se equivocó de mujer y entró "a ver qué pasaba" o decidió darme la oportunidad de probar que ser realista no significa ver el vaso medio vacío

Ayer, terminé de comprobar que desde que tengo un propósito y sobreviviendo a las hormonas del emprendimiento, soy una persona más optimista. ¿Cómo? Te cuento.

Se rompió mi computadora. La segunda computadora en menos de 60 días. Se rompió en el momento menos oportuno, antes de una clase abierta, con los nuevos materiales de "Escribe. Emociona. Vende" sin respaldar.

Puedo entender que me dejes de querer engendro de Jobs pero, por delicadeza, explicame por qué decidiste apagarte para siempre. En el pasado tendrías a una desmesurada blasfemando contra el destino y todos los benditos seres humanos que fabrican placas madre.

Me desconcerté, pasé por un minuto de incredulidad pero... contra todos los pronósticos, pensé en mis posibilidades de solucionar el problema. Sabía que no iba a ser inmediato. Sin embargo, en menos de 30 minutos había trazado un recorrido entre la situación en la que me encontraba y la solución más inmediata.

Oiga: que "inmediata" no significa "ideal". Sí, mi emprendedora desmesurada: las computadoras se rompen cada tanto, algunos negocios no funcionan y los vínculos más sólidos se disuelven en el aire y vos, tan liviana, no te diste cuenta cómo. En conclusión, este sería el momento para...

Tres consejos para emprender con elegancia.


Ojalá este post te ayude a comprender que cuando el problema existe, mirarlo desde el agobio no solo no ayuda a ser espléndida (se cae el pelo y se profundizan las arrugas de expresión) sino que no es funcional. Una mujer agobiada es incapaz de encontrar una solución y usted, mi santa, lo que necesita son soluciones no presión arterial.

La próxima vez que estés al borde de un ataque de pironcha frente a un objeto inanimado, un hijo caprichoso o un marido, vas a:


1- Practicar el arte de desdramatizar: si el problema aún no existe ¿por qué atraerlo con el pensamiento? Si el problema existe ¿qué sentido tiene la queja? Porque tengo casi cuarenta años y te juro, que en este lapso de tiempo, cuando obtuve lo que quería no fue por quejarme. No te quejes. Pensemos en planes posibles, en pasos simples y con ideas básicas todas formuladas con verbos. No me pienses en un adjetivo porque te busco y te encuentro.


2- Pensar en el fin superior: cada una de las situaciones por las que vas atravesando son capítulos de una historia que tiene un fin superior. La computadora rota, los clientes desagradecidos e incluso un divorcio inesperado son etapas de un gran relato que estás escribiendo. ¿No te causan gracia en el presente los dramas de tu adolescencia? Es lo mismo. No quiero simplificar situaciones dolorosas, pero nada de lo que sucede se soluciona mirando para atrás o estancada en la queja. 


3- Buscar aliados: la mejor forma de sobrellevar la crisis con elegancia es buscando aliados. No te confundas: no me refiero a la amiga que vocifera contigo lo horrible que lo estás pasando. Me refiero a buscar entre las personas de tus círculos reales o virtuales, quiénes pueden ayudarte a resolver el problema que estás viviendo. A veces, la mirada objetiva de un aliado te revela un mundo de posibilidades.


Claro, estos tres trucos para emprender con optimismo son tan insustanciales como "comer sano, hacer ejercicio y pensar en positivo" pero ¿quién me quita lo bailado? La terapia de escribir hace que en este momento, me sienta más confiada que nunca para invitarte a desmesurar. Gracias por leerme, gracias por estar.