Atmósfera navideña.

Atmósfera navideña


Tal vez sea una impresión, pero esta época del año tiene un aura diferente. No sólo porque se produce un balance de lo vivido en los meses anteriores y se toma conciencia de la fugacidad del tiempo (escuché centenares de veces la expresión: "¡Qué rápido pasó el año!") sino porque de una forma u otra, quienes pueden y lo desean, se preparan y preparan su espacio para recibir el año nuevo. 

Cuando estuve buscando la forma de decorar mi árbol a prueba de Camilo, observé con sorpresa cómo se habían agotado por aquí y por allá adornos, luces, muñecos alusivos, árboles artificiales. Parece que la austeridad propia de las generaciones anteriores cede ante el brillo importado en cajas.

Me entusiasma esa atmósfera de celebración, pero creo que también perdemos algo. Prefiero los objetos hechos a mano con tela, ramas de pino, cintas, botones. Objetos que para ser realizados no requieren la habilidad manual de "Martha Stewart"  ni de la lúdica imaginación de Kireei. 

Me prometí tener por lo menos un adorno navideño que no fuera comprado. Quiero que sea especial, porque tiene que representar lo que vivimos como familia este año. Así, cada 8 de diciembre podemos añadir un nuevo adorno y algún día -cuando Camilo tenga su propio árbol- mirarlos represente los recuerdos de navidad durante la infancia. Lo sé, casi me dio un coma diabético de tanta dulzura, necesito una "Paso" ya.