Ahora que volvimos de las vacaciones, a descansar...

Vacaciones en familia

Creo que alguna vez escuché algún comentario irónico sobre el descanso reparador de las vacaciones en familia. En ese momento impreciso del pasado, pensar en vacaciones era pensar en muchas horas de lectura, disponiendo antojadizamente del sueño y el ocio de enero. Por lo tanto, ni siquiera consideré el comentario malicioso y olvidé quién lo dijo. 

El tiempo, las realidades cambian y ahora que disfruté de diez hermosos días en la playa con mi propio "deambulador" (léase: hijo de más de un año que está aprendiendo a caminar y cree que el mundo le pertenece) esta madre primeriza descubrió que salir de vacaciones con un bebé es tan agotador como trabajar jornada completa.

Salir de vacaciones con un bebé


La verdad sea dicha: cuando nos íbamos de vacaciones con no-marido A.C (léase: antes de Camilo), la noche anterior ponía lo necesario en un bolso de mano e íbamos sin más precauciones que cerrar la llave del gas. Eso sí: de mi casa no se sale sin revisar la llave del gas porque es una de las obsesiones del padre de la criatura. 

Este diciembre D.C, la actividad comenzó varios días antes cuando organizamos "qué llevamos" y terminó cuando a mitad del camino de regreso una intuición fulminante me reveló que entre todo lo que guardé en los bolsos, no estaba la mamadera. ¿Podrá creerse?¿Quién se olvida de la mamadera? Pues la respuesta es obvia: yo me olvido de la mamadera preferida del angelito de la casa. Y no crean: comprar otra no es lo mismo, Camilo tiene sus preferencias y quién le explica que hasta que la Abu no venga a Montevideo de visita, la mamadera va a ser otra.

Así que madre: por la paz familiar y la sincronía cósmica si te parece, hazte un excel de las pertenencias del bebé. Siempre es preferible que te miren con expresión de asombro los adultos del entorno a que llore tu bebé dos horas consecutivas mientras intentás regresar a casa ilesa.

El descanso reparador.


De la disposición antojadiza o del ocio de enero casi ni me enteré. ¿Alguien dijo "leer"? El bebotón se despierta a las 7:30hs con un "mamá" en la boca y de ahí en adelante, no para un minuto.  No es una hipérbole de una madre desmesurada, este niño no para. En estos días corrió, jugó con arena, con agua, con la perra Morena, fue a la playa, a la plaza y de visita con la misma felicidad. Aprendió palabras nuevas, tomó un precioso color tostado y reveló un carácter insospechado cuando su madre no dejó a la perra subir a la cama. Cómo si no tuviera quién salir geniudo... 

Sinceramente, fue un placer verlo disfrutar tanto, pero volvimos más cargados (Papá Noel pasó por Piriápolis) y por qué no, aliviados de re-encontrarnos con la rutina. Hoy, cuando a las 7:30 nos despertamos, los dos pensamos lo mismo: por favor, necesitamos descansar. 

Así que, después de unos días de reposo, veremos qué ofrece Montevideo en enero para un niño de catorce meses que necesita moverse y para su mamá.