Heridas de guerra: los accidentes caseros más comunes.

Heridas de guerra: los accidentes caseros más comunes.

Comprar terreno.


Desde que comenzó a caminar, Camilo "compra terreno" en algún momento del día. Las primeras semanas vivimos de susto en susto: es inquieto y curioso, corre cuando sospecha que quieren distraerlo de sus "descubrimientos" y claro, ni siquiera intuye el peligro. No es que crea que debe reconocer las situaciones peligrosas pero he observado niños que instintivamente se inmovilizan ante cualquier situación desconocida que los desconcierta. No es el caso. Camilo si puede, trepa a los muebles, se esconde en los rincones más insólitos mientras mira de reojo a quien lo está cuidando en plena conciencia de que está haciendo algo prohibido.

Es igualito a vos.


En los últimos días no dejo de escuchar "¡es igualito a vos!". Al principio, el padre creyó que era uno de los típicos comentarios de la abuela -esos que son más una apreciación subjetiva que una observación clínica de la realidad- pero cuando se fueron sumando una tras otra las exclamaciones por el estilo en boca de todos mis familiares y allegados, no tuvo más remedio que dar algo de crédito al parecido. Es cierto, para sorpresa de quienes me hayan conocido de "mayor", fui una niña demasiado inquieta, demasiado curiosa y, en una mala combinación genética, bastante torpe (la armónica sincronización de movimientos no es una de mis virtudes) Con el tiempo fui ganando serenidad,  incluso el apodo de "sophrosínica" ("la calmada", como me dice mi adorada Niobe) pero eso no niega lo que fui. Supongo que esas tendencias no sólo "se heredan" sino que el carácter de los padres las alientan porque, en fin...a pesar del cansancio, me gusta cómo se desarrolla la personalidad independiente de Camilo. Pero para quien tiene la misma propensión a ignorar el peligro, es doblemente difícil mantenerse atenta a las situaciones riesgosas. Muchas veces ni siquiera las percibo como tales. Por eso, luego de varios accidentes domésticos, tengo una lista de lo que tengo que evitar:


1- Dejarlo solo en la cama o en cualquier otra superficie elevada. 


Es la más básica. Cuando apenas tiene un par de meses parece imposible que en los dos segundos que te alejás para buscar el pañal, ese bebé de apenas tres meses se vaya a desplazar tanto. Pero, créanme, se desplazan. Me costó un susto no dar crédito a esta recomendación.

2- Dejarlo solo en la bañera. 


Como le temo al agua es una recomendación que cumplo sin excepción. Es insólito lo que puede suceder en sólo un segundo, por eso me siento junto al bañito y lo sujeto cuando intenta pararse. Lo sujeto como si estuviera en la baranda de un transbordador, es cierto. Que se le va a hacer! Cada uno tiene sus propios miedos.

3- Alejar objetos filosos de su alcance -que siempre es más del que puedo sospechar. 


Camilo llega a las mesadas de la cocina sin dificultades, los cuchillos y los tenedores le parecen fascinantes porque a él únicamente le están permitidas las cucharas (con las cuales no sólo come sino que practica, indistintamente, percusión o jardinería).

4- Usar alfombras sin base de goma. 


Mis alfombras tejidas, revivirán en otro momento más propicio. Por el momento, evitar caídas y golpes en la nuca es una prioridad. La decoración tomará su lugar con el tiempo.


5-  Usar manteles largos. 


Y este es el momento en el que otra incauta mamá primeriza se preguntará qué tienen que ver los manteles con la seguridad de los niños. Sepa señora madre que los manteles son una tentación más grande que el chocolate. Tiran de ellos con toda la fuerza que tienen y, con suerte, causan un desparramo sin lastimarse o quemarse con líquidos calientes. Bienvenidos los individuales de mesa.

6-  Dejar productos de limpieza a la vista. 


Por suerte, venden trancas de seguridad de todas las formas y tamaños (para puertas y para cajones)

7-  Regar las plantas de interior durante el día


Si la maceta pierde agua, es muy probable que se resbale. 


Además de los consejos de seguridad doméstica que dicta el sentido común:

- No cargar al bebé mientras se toman líquidos calientes.
- Dejarlo en la cuna para prepararle la mamadera.
- Proteger escaleras, puertas, ventanas y balcones.
- Revisar que los juguetes no tengan piezas sueltas.

Debe repararse en:


- Cocinar con las hornallas traseras de la cocina.
- Usar los mangos de sartenes y ollas hacia atrás.
- No almacenar sustancias tóxicas en envases de alimentos (ejemplo típico: la pintura en una botella de refresco)

Y ya cuando son más grandes:


- Enseñarle a respetar el agua y el fuego.
- Enseñarle a respetar las mascotas cuando comen o duermen.

Son tantas sugerencias...Lo cierto es que, como dice la abuela, "no podés despegarle los ojos de encima, Paula" . Por lo visto "mamama", tiene lagunas en las memorias de mi infancia porque no importa qué tan atenta permanezcas, los niños se caen, se raspan, se cortan. Se llenan de "heridas de guerra". Si no podemos aceptar esta realidad, siempre puede optarse por la solución del padre de mi angelito, comprarle un casco.