El petete y la mandanga.

Mi bebé aprende a hablar.


Mi bebé está aprendiendo sus primeras palabras así que, paternidad primeriza y deformación profesional mediante, lo estimulamos tenazmente. Cargosamente. Desde hace unos meses jugamos diariamente con varios libros de imágenes, tenemos una gran variedad afortunadamente, pero los temas preferidos de Camilo son los animales y los medios de transporte. Desde entonces no deja de asombrarme cómo su vocabulario se expande día a día. Sin embargo, durante semanas lo escuché recitar el sonsonete de "el petete y la mandanga" sin saber cuáles eran los objetos de referencia. Hice varios intentos, pero sólo hace unos días descubrimos los objetos que para él tienen este tono ritual: "el chupete y la manzana".
Desde entonces, el petete y la manganga son todos los objetos perdidos y sin sentido que aparecen en mi casa y, por eso, decidí dedicarles un espacio especial a todos los petetes y las mandangas que andan por ahí, solitos, sin que nadie los entienda. Me disculparán el exceso, no puedo evitarlo, mi profesión es la literatura y que Camilo hable y se exprese es para mí una necesidad esencial.