Toda pared de mi hogar es un lienzo en blanco que inspira a Camilo a crear... Si creen que el tono de esta afirmación es de complacencia montessoriana, están equivocadas. Voy a apoyar todas las expresiones artísticas de mi angelito, siempre y cuando no sean en mis paredes (ni en mis muebles, ni en mis libros) ¿Dónde se ha visto la casa entera sea territorio comanche? Me niego rotundamente a aceptar resignar el hogar que construí a la total libertad creativa de un niño de dos años. Por eso, cuando abrí despreocupadamente la puerta y lo ví pintado serpientes verdes en la pared casi lo mato...al padre (que quede claro, no soy objetiva, siempre me enojo con el padre, pocas veces con el hijo) Y si no expongo las fotos del desastre es porque este domingo, pincel en mano, me dediqué a borrar las huellas del escándalo. Tal vez algún día se revele en Camilo un talento innato para la pintura, mientras tanto, todo objeto cuyo fin sea la escritura se encuentra lejos de su alcance.