Estoy preparando una mudanza y tengo la vida revuelta. Una mudanza imprevista, que descoloca todo lo que había podido imaginar . Dejo el espacio que construí para mi familia, pero es una sensación agridulce porque también siento la alegría de compartirlo con una familia que quiero y lo va a cuidar. En mi casa va a nacer Paulina, mi sobrina y espero que mi hermano y mi cuñada disfruten y sean felices en "el tronco". Hoy tengo que guardar los libros para mudarlos. Esa es una tarea incuestionable: mis libros van a donde yo vaya. Además de ser la parte más difícil de la mudanza. Para refutar a quien pronunció por primera vez el proverbio "el saber no ocupa lugar", quiero que venga a ayudarme a mudar tres mil libros. Entonces discutimos si tiene razón...