De lámparas extra-feas y lámparas extra-grandes.

Desde hace un par de meses, estoy en la cruzada de refaccionar y redecorar una casa transitoria con la menor inversión de tiempo y dinero que sea posible. Específicamente porque tengo un no-marido que consintió en dejar nuestra propia casa pero que está cansadísimo de convivir con obreros, sanitarios, carpinteros, pintores y rubros afines. 

No sólo porque vivió el reciclado de nuestra propia casa en Montevideo, sino porque tuvo que ocuparse él mismo de supervisar a los constructores de la casa en Playa Grande. Sin experiencia previa en el asunto. Envejeció diez años en seis meses y ahora que se está reponiendo, no quiere que lo despierten los fines de semana a los martillazos. 

Comprensible, muy comprensible. Pero no puedo evitar planificar arreglos y lo máximo que pude prometerle es que voy a reciclar todo lo que pueda para gastar lo menos posible. Así  que en ese tira y afloje ya acondicioné el dormitorio de Camilo y el baño. 

Esta casa es tan grande y está tan descuidada que el mito de Sísifo es un cuento para dormir. El trabajo nunca se termina. Siempre hay algo más para hacer. Las superficies de cada habitación son de dimensiones considerables. 

A veces me pregunto si realmente vale la pena el esfuerzo y me autoconvenzo pensando que una casa linda se vende más rápido, no? En fin, mientras elijo telas para decorar el dormitorio de Camilo, mi última obsesión son los apliques de luz. Que son feos con furia. De este estilo:

Lámpara muy fea

Las "one touch", de la peor estética de los 90'. Hace un par de años, le regalé a mi madre un juego en hierro forjado para su dormitorio. Lo eligió ella misma muy contenta y yo puede decirle adiós a tres de estas lámparas para el olvido. 

Quedan dos: una en el living y una en el taller (ahora es un depósito porque está lleno de mis muebles y electrodomésticos) El lunes, en un arranque de rebeldía contra ellas, empecé por eliminarles los vidrios. Mi idea es pintarlas con aerosol color grafito. Y añadirles algún detalle. Todavía no sé cuál o qué. 

Van a seguir siendo poco agraciadas pero me voy a sentir mejor. Así que, buscado inspiración, encontré muchos ejemplos DIY y otros que son estéticos y económicos. Buena combinación. Les muestro algunos de ellos, todos extra-large:


Lámparas extra-grandes



Lámparas extra-grandes

Lámparas extra-grandes


Como la niña nació con gustos extravagantes, claramente le gustan las de Anthropologie  o las que le causarían un problema cardíaco al no-marido.


Lámparas extra-grandes


En eso ando... Cuando tenga fotografías de lo que pude hacer con las lámparas del terror, lo comparto (algo que no sea dejarlas en el contenedor, que fue mi primera tentación...)