Antes de medianoche.


Antes de medianoche

Tenía pensada otra publicación. Otro tema. Pero hace apenas un rato llegué del cine y no puedo dejar de escribir sobre "Antes de medianoche". Sin embargo, no pretendo reseñar, ni mirar desde la crítica cinematográfica y, aunque sigo la historia de Celine y Jesse desde los veinte años, tampoco pretendo hacer un viaje confesional sobre quince años de historia personal. Hoy quiero mirar más allá de los personajes y sus circunstancias, porque creo que la elección de los escenarios en cada película es tan importante como la redacción de los diálogos. Amé Praga en "Antes del amanecer" , pasaría  una larga temporada en  la casa de Celine en París, y el resto de mi vida en Kardamyli, la villa del escritor Patrick Leigh Fermor en el Peloponeso. Que, me perdonarán la herejía los amantes de Grecia, pero se parece mucho a mi Piriápolis.

Antes de medianoche

Antes de medianoche

Antes de medianoche

Antes de medianoche

Antes de medianoche

Antes de medianoche

Antes de medianoche

Denis de Rougemont afirmaba que los amores felices no tienen historia. Porque las grandes pasiones se consumen en la rutina: si Romeo y Julieta hubiesen vivido juntos lo suficiente, probablemente se hubiesen envenenado mutuamente. Como soy un poco más prosaica que Rougemont, creo que todo amor -feliz o no- pertence a la historia. Vive en el presente para ser pasado y quizás, futuro. Y si me preguntan, después de casi veinte años, quienes pueden discutir de esa forma van a ver, por lo menos, otro amanecer juntos.