Mi escritorio.


Estamos disfrutando las vacaciones de invierno en Playa Grande. Cuando llegamos al ranchito, había una sorpresa...La abu construyó una casita para jugar con los restos de madera y las placas de OSB! Lo sabía, mi suegra me secunda los proyectos. En este momento Camilo sube y baja, feliz, las escaleras de su refugio. Mientras tanto, yo escribo desde el "living", que todavía no tiene muebles. En este momento extraño mi escritorio.

Mi escritorio.

Enhiesto sobre el baúl, lanza en ristre y rostro enjuto, está mi Quijote, para recordarme que siempre se puede pelear contra gigantes. Aunque solo sean molinos de viento.