Se fue el cumple de Lauti!

Se fue el cumple de Lauti!

Y estuvo precioso! Con media hora para ambientar no teníamos muchas esperanzas de grandes despliegues decorativos, pero "la necesidad aguza el ingenio" y ambas -mamá y madrina- adoramos el resultado. Muy simple, muy ciruela. Mañana temprano, prometo editar las fotos para compartirlas. Claro, apenas estoy aprendiendo a usar la súper-máquina que compré hace ya un tiempo, pero tengo la esperanza de que alguna de ellas valga la pena. Si no, me queda la ilusión de que me lleguen las fotos que sacó Nacho, el tío de Lauti, al que le tengo una fe ciega para la estética fotográfica.
Aunque Lauti disfrutó su cumple (y recibió aproximadamente cien autitos de regalo, será que le gustan?) no puedo evitar escribir lo que estoy pensando en este momento. Quizás sea una reflexión inapropiada para este espacio y para culminar un momento de celebración sin embargo,  sabrán disculparme, estoy indignada. Personalmente, no contrato salones de fiestas para los cumpleaños de Camilo porque conozco su funcionamiento "desde el otro lado", como parte de nuestro trabajo en organización de fiestas. A la mayotía de ustedes, no les gustaría saber lo que nosotras sabemos...y es mejor de esa forma. Las madres que no disponen de un espacio físico para celebrar y pueden hacerlo, tarde o temprano, recurren a un salón. Hoy nos tocó estar de ese lado y verdaderamente no puedo decir que me fui feliz por el trato que recibimos.
Alguna vez les pasó de sentir que estaban molestando en su propia fiesta? Tener que pagar extra por personal que la dueña considera "necesario" y que nunca estuvo presente durante el servicio? O por animadores que desaniman? Terminamos atendiendo y levantando las mesas nosotras, tratando de que los invitados se sintieran cómodos y que los niños disfrutaran lo que pensamos para ellos. La sensación era que toda iniciativa  molestaba. Para todo pedido (razonable, obviamente) hubo un pero. Desde cuándo nos estaban haciendo un favor? Desde cuándo no se pueden limpiar las telas de araña antes de que lleguen los niños? O recibir a los invitados con amabilidad? No te pido simpatía, te pido buena educación. Es lo mínimo que podemos esperar como consumidores de un servicio en particular: que se nos trate con consideración, no simplemente como una factura más en las cuentas del mes. Cuando tenés un negocio y es simplemente un negocio, se nota. Acompañar a las personas que celebran requiere de paciencia, calidez y empatía. Requiere de la capacidad de "ver" al otro, lo que necesita. No es complejo, no necesita de un doctorado universitario, pero si te supone un esfuerzo, se evidencia en todo gesto.
No quiero profundizar, pero necesitaba decirlo.