De amor y de furia: verificar el mail y seguir adelante.

No me falles Google.

La semana pasada dimensioné la importancia que tiene este espacio para mí. El lunes en la tarde, mi correo activó el "sistema de verificación en dos pasos", enviando una contraseña numérica a mi teléfono celular para acceder a la cuenta y por ende, al blog. Hasta aquí, nada particular. 

Pero resulta que mi relación con la telefonía móvil es por lo menos, lábil. Dicho con otras palabras, los celulares permanecen conmigo un promedio de seis meses -con suerte- e indefectiblemente los pierdo. De las formas más predecibles, de las formas más insólitas y la mayoría de las veces ni siquiera puedo explicar cómo. 

En consecuencia, la clave de verificación, nunca llegó a mí, ergo: cuenta bloqueada para garantizar mi seguridad. Tuve que responder un cuestionario insólito de preguntas surrealistas con la esperanza de recuperar el correo en el lapso de "cinco días hábiles" (me pregunto hábiles para quién, pero en fin...) 

Mientras pensaba cómo recuperar mi blog, tuve una epifanía: en este momento es tan importante para mí que la imposibilidad de abrirlo siquiera, me alteró el ánimo. El lunes me fui a dormir con un malhumor ostensible y el auto-reproche de ser tan descuidada, tan poco previsora. 

Al día siguiente ya tenía un plan alternativo y la ilusión de que el equipo de Google considerara válidas mis respuestas improvisadas. En fin, me resigné a esperar y a armar el plan B. Recién el sábado, luego de un segundo intento, obtuve la confirmación de mi identidad virtual y, para qué mentirles, me volvió el alma al cuerpo. 


Decoración de cumpleaños


En esos días, me quedó claro lo importante que es tener un resplado de seguridad del blog. Es un procedimiento simple porque forma parte de las opciones de configuración de Blogger, bajo el nombre de "exportar blog". No es que el mundo pierda un aporte vital si mi blog no existe, pero me daría pena perder un par de años de historia personal registrada en las entradas de La Desmesurada.

Tambiéb extrañaba compartir, comentar y recibir comentarios. En definitiva, que extraño a la comunidad de Bla-d. porque allí están los blogs que leo y comento con frecuencia. Y éste no tiene nada que ver con la blogosfera: tengo que comprar otro celular para que no me abandonen quienes confían en mí para organizar su fiesta. 

Aunque la mayoría son comprensivas con mis excentricidades, ¿dónde se ha visto una persona que pierda el celular y no vaya corriendo a recuperar su número si de él depende su trabajo? Pues se ha visto: soy yo.


Decoración de cumpleaños


Por eso hoy, para empezar la semana les cuento un poco lo que estuve haciendo mientras los Google decidían si yo era yo.


Decoración de cumpleaños


Ser fiel a una propuesta de personalización y  al estilo "hecho a mano" en la decoración de una fiesta, lleva tiempo.


Decoración de cumpleaños

Los centros de mesa, las bolsas de golosinas, los gráficos, el Winni Pooh de un metro de altura y todos los pequeños detalles para hacer especial el primer cumpleaños de Francisco, me entretuvieron lo suficiente como para evitar ponerme creativa con las mil formas crueles de amargarles esas oficinas de cuento que tiene Google. 




También estuve ocupada buscando detalles para la bienvenida de Oriana y David, los mellizos de mi prima.  Adoro los pichones de crochet! 


Pichones de crochet


Mi regalo para ellos son dos conejos tejidos a mano, tiernos, hipoalergénicos y pensados con amor. 

Como si fuera poco.


Para rematar la semana, estoy en época de parciales y reuniones en el liceo y en honor a la verdad, detesto el trabajo administrativo y como siempre lo relego para un mañana que nunca llega, no es extraño que la adscripta me persiga por los pasillos para que termine las libretas. 

Por último y no menos importante: recibí las fundas grises para los sofás del living. No son "perfectas", pero el color es divino y Gabriela a partir de este momento es una más de la casa. Se ganó mi confianza con la elección. Así que, el miércoles se las presento formalmente, porque merecen que les tome unas fotografías decentes, con algo de luz natural.  Sepan disculpar el exceso, tenía síndrome de abstinencia blogueril, si es que algo así existe.