Cocina "casi" terminada.

Con escasos recursos intenté darle a la cocina un aspecto más actual. Como ya había contado antes cuando les contaba mis objetivos para esta habitación, es un espacio reducido aunque muy luminoso y ventilado. Desde que tengo memoria la cocina es el corazón de mi casa, el espacio de encuentro para la familia y los amigos. Mis padres hicieron cambios hace algunos años: el antiguo piso de vinílico se sustituyó por cerámicas, los muebles de cocina se sustituyeron por un bajomesada de obra con tope de granito coral y se añadieron muebles aéreos de madera. También eligieron un color neutro para las paredes que fue el que decidimos mantener (aunque al día de hoy tiene un tono más oscuro) Cuando nos mudamos, el aspecto de la cocina era el que ven en la siguiente fotografía:

No voy a usar adjetivos porque sería injusta con el hecho de que es una cocina vivida, de esas que se ensucian porque se usan. Muy distinta de mi propia cocina en casa, la cual nunca vivió en carne propia una fritura y en sus momentos de extrema sofisticación fue testigo de la cocción de una pascualina. Así que, respetando su funcionalidad hice los siguientes cambios:

- Se pintaron las paredes de un color ligeramente más oscuro.

- Se pintaron los azulejos de color gris claro (no es blanco, aunque así se vea en las imágenes)

- Se pintó la  estructura de la campana del extractor de color gris grafito.

- Se sustituyeron los vidrios acanalados de la campana por vidrios de efecto esmerilado

- Se sustituyó el viejo artefacto de luz por una lámpara de acero, de estilo industrial.

- Se sustituyeron las cortinas de barral por unas roller grises (¡que se limpian con una esponja!)

- Se añadieron cajones de mimbre para guardar electrodomésticos y evitar la contaminación visual.

- Se cambiaron las chapas de la luz.

- Se regalaron infinidad de objetos inexplicablemente triplicados o cuadruplicados.

Para considerar la cocina como un espacio "renovado" tendríamos que:

- Encontrar sillas que nos gusten a todos.

- Buscar un reloj. 

- Comprar venecitas de color para decorar los azulejos.

- Elegir cuadros nuevos.

- Pintar los zócalos de negro.

- Recibir la mampara que mandamos hacer para ocultar la garrafa.

Por el momento estoy conforme con el cambio. No es una transformación radical, pero ya no se siente como si entrara en la máquina del tiempo y  viajara a los 80.  Lo hago público: adoro la nueva lámpara. Sin duda, el estilo  industrial me puede.


La cortina roller es práctica y fácil de limpiar.