Mis colecciones


Cuando propusieron el desafío Bla-d de octubre, lo primero que pensé fue "qué pena, yo no tengo colecciones". A mi imaginación acudieron imágenes alucinantes de cientos de platos dispuestos en una pared, vajillas antiguas, cuadros de firma, artículos insólitos (de esos que atesoramos desde la infancia como miniaturas o figuritas)... En fin, objetos que no fueron ni son parte de la decoración de mi casa. Sin embargo, una tarde mientras limpiaba mis bibliotecas tuve una epifanía profana: ¡estoy rodeada de colecciones! Tengo aproximadamente tres mil libros, ordenados por editorial, autor, procedencia geográfica y tema. Dependiendo de la necesidad y de las cirunstancias de uso. Y lo más curioso es que sé dónde está cada uno de ellos. Sí. No suena verosímil pero es la pura verdad: la misma persona que nunca sabe dónde deja las llaves puede recordar en qué estante de qué biblioteca tiene sus ejemplares de "Madame Bovary", "El Quijote" o "Ariel". Y a qué editorial pertenecen.


Para desconcierto de mi no-marido -Fede me miraba sin entender demasiado lo que estaba haciendo- me decidí a fotografiar mis bienes más preciados. Tengan en cuenta el siguiente dato: quien escribe, cuando elegió su casa, tenía entre sus condiciones un dormitorio para Camilo y un espacio para los libros. Igualdad de prioridades para ambos: hijo y libros. Así que, después de esta introducción que horrorizó a más de una madre primeriza, les presento...


Mi colección Austral de "Clásicos Universales". Algunos de ellos están forrados con nylon, una obsesión veinteañera que padecí y afortunadamente ya superé (tampoco tengo ya veinte años...)


Parte de mi colección de "Salvat".

Bibliotecas

Mis colecciones de "El observador" y "Banda Oriental". Tengo cientos de libros de Banda Oriental, rescatados por una paciente de mi padre del cierre de la editorial. Todavía tengo presente la felicidad de verlos llegar en una caja, sabiendo que eran para mí!

Bibliotecas

Una de mis colecciones enciclopédicas preferida, la Enciclopedia Práctica Jackson, heredada de una vecina que la pensaba tirar a la basura. A ver si nos entendemos...los libros no se tiran a la basura!

Bibliotecas

Y una visión general de las bibliotecas elegidas para la ocasión: reinas y señoras de una sala chiquita, a la entrada de la casa. Cuando decidimos mudarnos, no tuve duda de que los libros venían con nosotros. Aunque fuera una mudanza temporal, dejarlos era como abandonar parte de nuestra vida. De todos modos, tuvimos que resignar parte de ellos en una biblioteca empotrada del escritorio. En última instancia, era mi hermano quien se quedaba en nuestra casa, así que el día que quisiera leer alguno de los libros (si, me acuerdo cuáles son los que quedaron) no tenía más que pedírselo. En este momento debo ser una de las pocas personas en el mundo mundial que tiene seis bibliotecas en dos casas. Y después se preguntan por qué soy "la desmesurada"?

Ah! no se olviden de visitar las otras colecciones, ya vi algunas de las que te dejan enamorada a primera vista.