Hasta hace unos días, éste era el aspecto de "la salita", un espacio que en la actualidad funciona a modo de recibidor pero que durante décadas fue la sala de espera al consultorio de mi padre . Si bien la pintura estaba en perfecto estado, mi objetivo es actualizar la ambientación para que sea un espacio para entrevistas.
También quise actualizar el pasillo, quitando la puerta que dividía el consultorio -ahora dormitorio de Camilo- de la casa. En la imagen anterior, puede verse la puerta de la cual les hablo. Dueña orgullosa de un increíble vidrio tallado pero demasiado pesada visualmente en un pasillo tan estrecho. Estamos en pleno proceso, en consecuencia, por el momento luce de esta forma:
No podía decidirme sobre cómo pintar las paredes de esta habitación. Después de muchas idas y venidas, me decidí por la más neutral de las opciones: paredes blancas, conservando el ladrillo con su aspecto original. No coincide con mis deseos (yo quería pintar todo de blanco con una pared gris oscura) sino con cierto "sentido común".
No tengo temor a pintar el ladrillo, de hecho ya lo hice en el patio interior. Sin embargo, en este caso quise conservarlo y neutralizar el ambiente en blanco. Al tomar esta decisión pensé fundamentalmente en la venta de la casa. Intento emular la mirada de un potencial comprador. Aunque no es fácil para mí. Cuando yo misma tuve que comprar, fui una compradora poco convencional...
Son pequeños cambios que mejoran la circulación dentro de la casa y le aportan luminosidad. Por el momento estoy conforme. Luego de las vacaciones tomaré las riendas de la ambientación, ahora tengo que amoblar el ranchito, así que los detalles tendrán que esperar.