Donde habita la memoria

Donde habita la memoria

Después de conocer los motivos por los cuales decidí construir una casa cerca de  la playa, la mayoría de las personas me observan curiosas, pensando "mirá que sos rara".  Y puede ser que sea verdad. o que efectivamente, en relación a los parámetros asumidos de la pretendida normalidad humana, es probable que sea rara. 

Donde habita la memoria

Decidí construir una casa de playa aunque, la verdad sea dicha, no disfruto de la playa. Sí; soy de esas personas a las que no les gusta la playa. No me seduce la mística publicitaria de las vacaciones en el mar. Y mucho menos en enero: demasiado sol, demasiada arena, demasiadas personas por metro cuadrado. 

Donde habita la memoria

Por eso quiero que sea una casa cómoda (paso mucho tiempo en ella...) y que, con suerte y algo de trabajo, en algún momento tenga estilo propio y un hermoso jardín. Por ahora, es un espacio en el que acomodamos algunos muebles que teníamos o que heredamos, cuadros que ya no me gustaban tanto como en el momento que los compré y muchos almohadones. Sin embargo, ni los muebles, ni los almohadones, ni los cuadros, hacen de una casa un hogar.

Donde habita la memoria

Lo hacen más confortable, cálido. Menos impersonal. Pero no necesariamente lo transforman en mi lugar en el mundo. Entonces, como alguna  vez decidí ignorarlo, este verano decidí habitarlo de memorias felices. La primera de ellas: el árbol de navidad armado por Camilo en Playa Grande el pasado fin de semana. Bueno...en realidad no es más que una rama seca...

Donde habita la memoria

Algunos adornos brillantes. Muy brillantes. Porque los niños no saben nada de minimalismo y les gusta el brillo, el color y la proliferación. Es una rama y es más que una rama. Es mi primer memoria de esta verano, porque la historia no es más que una construcción intelectual. La forma en que ordenamos y le damos significado a los recuerdos.

Donde habita la memoria

Desde hace unos días, mi ranchito ya no es el lugar que mi padre no pudo conocer. Es el lugar en el que armamos juntos el primer árbol de navidad.