El desafío de escribir un producto digital.

Escribir un producto digital


Si la página en blanco te produce sensación de ahogo... este es el post que estabas esperando. Sostengo con total convicción que cualquier mujer que conozca los rudimentos de la escritura puede asumir el desafío de escribir un producto digital para elevarle el volumen a su talento. Para que comiences el proceso de escritura de tu producto digital te propongo:



En el comienzo era el verbo.


Un producto digital es un texto narrativo. Ya sea porque el resultado final es un ebook con la estructura básica de la narración o porque tu producto final es un video basado en un guión cuyo formato es esencialmente narrativo.

El germen de la escritura está latente en el deseo de expresarte que no silencia del todo tu impostora. Para fastidio de tu discurso mental -o de tu impostora, como prefieras llamarle- creo en tu posibilidad de escribir para comunicar. Tanto como creo que la práctica y la perseverancia definen el estilo más allá de lo que hoy puedas imaginar.

Hace veinte años que me dedico a enseñar a escribir e interpretar textos y soy testigo de miles de procesos de escritura exitosos protagonizados por personas que no confiaban en su potencial de expresar emociones. O en su capacidad de estructurar relatos de más de tres líneas.

A partir de este momento comienza tu reto de escritura. Quiero que sientas el "tic-tac" en tu oreja pero sin imponerte fechas absurdas de realización. Vamos a ir paso a paso en los próximos tres post de la serie porque, cuando interiorizaste el modelo una vez, el resto llega solo y tiene tanto poder que te motiva a seguir escribiendo,

Tres sugerencias iniciales para modelar tus textos narrativos.


Todo texto es una unidad de escritura contextualizada, por lo tanto, para obtener lo mejor de él debemos considerar:

1- La relación de tu texto con el "universo" de referencia. 

Nunca comiences a escribir sin preguntarte a quién le estás escribiendo y cuál es su contexto particular. El éxito de un infoproducto no depende del tema sino de la sinergia entre contexto y lector. O dicho de otra forma: si quiero enseñar "cómo ganar tu primer concurso de pelar bananas en la Antártida" estoy teniendo un problema de contextualización. Por que, de pronto hay miles de personas interesadas en pelar bananas más rápido y tu idea es un éxito pero no estoy tan segura de que vivan en el medio hielo.

Nadie lee en el vacío. Todos somos fruto de nuestro contexto y de las experiencias previas que vivimos por pertenecer a determinado género, cultura, país, etc. Quizás en este momento te parezca desmesurado pero tener presente el código cultural de tus lectores va a evitarte muchos dolores de cabeza.

2- Elegir cuidadosamente tu focalización.

Tu "focalización" no es otra cosa que el punto de vista que vas a asumir como escritora. Dado que la objetividad es una aspiración, tu posición como narradora subyace en el texto que escribas. No tiene nada de inadecuado que tu opinión sea transversal a los textos que produzcas. De hecho, tu opinión es un elemento diferencial por el cual vas a atraer y persuadir a tu lector.

Mi punto en este momento es otro: ¿cuál es tu posición respecto al tema antes de empezar a escribir la primera palabra? Es elemental que realices un relevamiento de todo material escrito que encuentres. En ocasiones, la lecturas previa te ayuda a refinar tu opinión o a definir una nueva perspectiva.

Este aspecto del relato no solo es susceptible a los temas en los cuales la opinión puede ser objeto de debate. La selección de materiales para un tutorial DIY es reflejo de una postura personal. O para que lo observes desde otro ángulo: tu forma particular de secuenciar una receta tiene sentido desde tu práctica y le da un toque especial a lo que cocines.

Podría multiplicar los ejemplos refiriéndome a todas las disciplinas que se te ocurran pero lo que quiero que tengas presente es: afianzar el vínculo con tu lector supone que des tu primer paso como escritora con un punto de vista singular que guíe al lector desde la experiencia previa.

3- Secuenciar tu creación. 

Todo texto es una secuencia. Nadie escribe "de un tirón" y los relatos que parecen más espontáneos, tienen detrás más trabajo que aquellos en los cuales es visible una estructura tradicional. Pensar en "secuenciar" tu creación es asumir que existe un ritmo de escritura en el cual es importante:

-El orden.
- La duración.
- La frecuencia.

El orden de tu texto refiere a la disposición que vas a darle a cada una de las unidades que lo componen. La pregunta que tenés que hacerte es: ¿cómo puedo ordenar este conocimiento para que sea más fácil de entender para mi lector?

La duración implica la relación que existe entre la lectura del texto y la adquisición del aprendizaje. Por ejemplo: 

-¿Quien lea mi tutorial, puede ir realizando paso a paso el DIY mientas lee el texto?
- ¿El tópico que voy a trabajar requiere de ser leído antes de ser puesto en práctica?
- ¿Cuál es la extensión ideal para este infoproducto?

Finalmente, la frecuencia refiere a la repetición cíclica de estructuras narrativas. Este aspecto del relato es muy fácil de observar en los tutoriales de diseño o DIY en los cuales hay una explicación paso a paso que crea una "frecuencia de repetición" en la que cada paso es igual estructuralmente al anterior.

¿Tenés dudas sobre cómo empezar a escribir?


Espero que estas tres sugerencias adquieran valor práctico cuando la serie de post esté completa. En definitiva, la búsqueda de una mejor forma de comunicar nuestras ideas por escrito supone que:

- Aclaremos nuestro punto de vista.
- Consideremos al lector en su contexto.
- Ordenemos el material que tenemos para que sea fácil de entender y poner en práctica.

Si se presentan dudas o algún concepto no es del todo claro, escribime un comentario. Siempre es un placer responder dudas porque en el proceso, yo también aprendo.