5 verdades que tenés que saber antes de escribir un blog.

5 verdades que tenés que saber antes de escribir un blog.


En ocasiones, ayudar honestamente tiene una ingrata consecuencia: salir del "cómodo" papel de la simpatía superficial para escribir -o decir- cosas que no son para nada "simpàticas". Incluso aquellas que, previamente, sabemos que nadie quiere oír. Pero me puede la docencia en el ADN como para comprender que el shock de realidad es un episodio necesario para crecer. Vamos a verlo de esta forma, podrías invertir horas y horas buscando información en internet sobre:

- Cómo diseñar el blog irresistible.  
- Cuáles son los diez aspectos impostergables de un post perfecto 
- Cómo promocionarte en las redes sociales como una ninja.

Podrías aferrarte al discurso simplista del éxito o decidir confiar en la única verdad posible cuando se trata de escribir un blog: sin compromiso tu blog es uno más. No sé a vos pero a mí... me duele pensarlo. No necesito ser la primera, ni la mejor. No necesito nutrirme de métricas del ego pero, si no voy a entregar lo mejor de mí, paso. 

Las medias son para los pies. Al menos eso era lo que decía mi abuela. La única constante del compromiso con cualquier proyecto que realmente importe es que no puede tomarse a medias. No se puede estar medio embarazada. No se puede estar medio enamorada. No se puede escribir a medias. 

¿Cuàl es tu nivel de compromiso?



Escribir un blog puede ser un negocio en sí mismo. Esto no significa que no puedas empezar a escribir por el simple placer de escribir y compartir porque "te hace bien".  ¿Existe esa posibilidad? ¡Claro que existe! Es totalmente legítima. Dejala nacer y tomar su propio curso. Ahora, cuando adviertas que se lleva el 100% de tu tiempo libre pensar, crear y escribir para el blog y te descubras mirando de reojo las métricas... Entonces ya no estás escribiendo por "el simple placer". 

Allí hay una aspiración y donde hay aspiraciones, hay un deseo por satisfacer. Entonces es momento de que hablemos del costo de escribir un blog que se destaca entre la multitud.

Pasado el trago amargo de asumir un deseo por satisfacer -sin saber por dónde agarrarlo para empezar con mediana cordura o cómo vamos a hacer para que deje de ser una necesidad- quiero contarte siete aspectos a tomar en cuenta durante el proceso de idear y dar forma a tu blog.

5 verdades desmesuradas sobre escribir un blog.


A ver, la pólvora está descubierta así que, con toda la desmesura que me ocupa el cuerpo, lo que comparto contigo son reflexiones personales. He dicho.
  

1- No sé lo que quiero pero lo quiero ya.

Cuando por esas cosas que tiene la vida, descubriste que hay algo que se llama "blog" es toda una revelación. Al principio desde el rebaño de lectoras. Atentas seguidoras de ciertos blogs de culto que no comentan ni dejan huella de su presencia. Poco a poco vas comprendiendo cómo funciona y cómo participar, aunque sea tímidamente. Luego, un día llega la tentación de escribir un blog. Porque todas tenemos algo que decir. Todas tenemos una experiencia para compartir. Este es el punto de no retorno. 

Todo un tema. Lo más probable es que entres en una etapa de bulimia informativa, intoxicada de ideas "expertas" hasta que llega un momento en el que hace tres meses que estás leyendo sobre cómo escribir un blog. Paciencia. Este reto es precisamente para que superes ese estado inicial de confusión y empieces a hacer lo que realmente importa: escribir.
   

2- Ella/El tuvo suerte.

Esta es la segunda fase de la confusión de los inicios. Empezaste a escribir absolutamente convencida de la promesa de éxito en tres meses. El primer mes transcurre a puro entusiasmo, escribiendo posts y con presencia en todas las redes sociales inventadas y por inventar.

Sin embargo... nada de avance. Crecimiento real cero. Ni siquiera te lee tu familia. Pasan los días y el mejor de tus post apenas tiene visitas. El que te llevó horas elaborar con un contenido cuidado y de valor. Entonces, el segundo mes ya no tiene el mismo brillo y empezaste a mirar con recelo otros blogs barajando argumentos en un monólogo interior de locos:


- Tiene mejor diseño. Tendría que pagar una diseñadora.
- Seguramente dedica todo el día al blog. Yo tengo que trabajar.
- ¡Qué suerte que tiene! Todo lo que logró en poco tiempo.

Stop! Te juro que si hay una palabra que no aplica aquí es "suerte". Escribir un blog es un trabajo en sí mismo. Tampoco es que te consuma como irte de misionera pero... exige dedicación y creer en tu mensaje.

3- No creas en el mensajero pero creé en el mensaje.


Llegamos como quien no quiere la cosa a la tercera fase. La culpa es toda tuya. Es que no soy capaz. Me falta... La lista es larga: constancia, disciplina, talento, presencia, carisma, plata, horas, una vida que merezca la pena ser vivida, un novio de 1,90 y parecido a Chayanne (perdón, se me fue la imaginación).

No sabés qué es pero te falta. Sentada frente al teclado, en dos minutos te fuiste: empezaste a mirar las novedades en redes sociales y cuando querés acordar, la horita que tenías libre para escribir se transformó en un "todo lo que tengo que hacer y no hice nada". Sí hiciste: procrastinaste.

Leíste otros blogs, te enteraste qué almorzaron tus contactos, viste fotos de gatos y un video de una japonesa ordenando un ropero. Genial. Ahora sabemos algo: sos una maestra postergando por el miedo de no poder. 

No estás sola. Somos legión. Por eso quiero regalarte un mantra: no creas en el mensajero pero creé en el mensaje. Creé en lo que vas a comunicar. Creé que realmente tu blog puede transformarse en el espacio de culto de alguien que se esconde en el baño del trabajo para ver tus actualizaciones en el celular. Olvidate de vos. Confiá en lo que tenés para decir. 

4- Sueño con un millón de visitas al mes.


Roberto Carlos sueña con un millón de amigos y vos con un millón de visitas en tus métricas. Muchos ceritos que te harían tan feliz. Y acá viene la pregunta molesta: ¿Ya pensaste para qué esas visitas? ¿Pasó por tu mente como una golondrina de verano al menos, la más mínima noción de por qué llegar a esa cantidad de visitas al mes? 

¿Es por ego? ¿Es porque recién entonces te vas a sentir validada? ¿Es porque para ser "profesional" son necesarias un millón de visitas? No me digas nada, es porque leíste que para vender son necesarias un mínimo de 1000 visitas diarias y esos números quedaron incrustados entre el esófago y la tráquea, intentando tragarlos de la mejor forma que te sea posible.

Nadie te va a negar la importancia del tráfico en tu blog pero hasta que no sepas para qué estás buscándolo y qué va a hacer en tu blog una vez que esté por allí: 10 visitas, 100 o 1000 son lo mismo. Sí: como leíste. Hasta que no tengas un propósito, la lucha libre con el SEO y el posicionamiento en buscadores es lo mismo que pelear contra molinos de viento que creíste que son gigantes.

Antes que preocuparte por la cantidad de visitas tendrías que pensar en clave de comunidad: crear una comunidad, nutrirla, mimarla, ofrecer desinteresadamente y participar de sus expectativas, aspiraciones y necesidades.

Al ofrecer a las personas lo que necesitan, la comunidad se crea en torno tuyo de forma natural. Te doy mi palabra. No quiere decir que no tengas que hacer nada para crearla y mantenerla. Claro que vas a tener que trabajar para que tenga movimiento y se sienta como un organismo vivo pero sin duda, es un esfuerzo asumible sin dejar la piel en el camino.

5- Perpetuamente en modo gratuito.


Cada vez que escribo o digo esto tengo un deja vù de mi vida. Me recuerdo como una crafter del blogging. La reina del DIY. Sin dormir noches enteras buscando cómo diseñar mi blog y promocionarlo de la mejor manera y la más gratis posible. ¿Por qué? Básicamente porque tenía un proyecto hedonista. O dicho de otra forma: escribía por el placer de escribir un blog. 

Sin embargo, entre mi blog como primeriza y éste hay una diferencia esencial: éste es mi negocio y un negocio en el cual no se invierte, no crece. Tema aparte es en qué invertir... No desesperes. Ya llegará el momento en el que comparta contigo mi experiencia comprando cursos, pagando campañas de publicidad y creando nexos de trabajo. 

Por ahora, quiero que pienses en que si vas en serio, va a llegar ese momento y lo mejor es decidir con criterio en qué vas a invertir tu tiempo y tu dinero para que tu blog crezca y deje de ser un proyecto para las madrugadas sin dormir.